¡Qué jodido eso de ser grande y tomar decisiones! Era más lindo, o por lo menos más cómodo que sean tus viejos los que decidan por vos, porque son grandes y se supone que hacen lo mejor para vos, porque te cuidan y protegen, mientras estás muy ocupada dando vueltas a la manzana en bici a toda velocidad o saltando muy alto en el elástico. Pero todo llega, hacerse cargo también, ser responsable de uno mismo y de las consecuencias que los actos conllevan, de eso trata esa palabrita tan reclamada LIBERTAD.
A veces es necesario escupir lo que se siente en forma de palabras escritas en cierto orden espacio-temporal porque la garganta aprisiona fuerte y no te deja en paz ese bichito en el interior marcándote que todo eso que no procesás, queda ahí latente, esperando y haciendo fuerza.
¿Hasta cuándo? No lo sé. Incertidumbre existencial.

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