La terapia

Es linda la blogoterapia pero no era suficiente. Hacía rato que venía pateando el temita de consultar a un psicólogo y arrancar las sesiones que hace rato me prometí. No sólo por mí y mi salud mental, sino para ver qué onda el ámbito clínico desde el paciente y cómo actúa el profesional.
Si estás pensando en arrancar, hacelo. No te resistas y empezá. No es fácil el primer paso y lo digo por experiencia. Después de todo, estoy estudiando psicología aunque aun no tenga el campo definido de lo que quiero hacer por el resto de mis días.

 Me cuesta arrancar las cosas en general. El ejemplo más común: el gimnasio. Es algo tremendo. Averiguar, que ninguno te convenza, sumado al precio complicado para el bolsillo estudiantil. Así que me conformo con caminar mucho y andar en longboard. Otro ejemplo es aprender algún instrumento. Hace años que mi viejo me regaló una guitarra y nunca pude lucirme. Aludo a que tengo poca habilidad aunque sé que con práctica se adquiere. Me rindo antes de lograr cosas grandes. El último ejemplo es el blog, que tiendo a abandonarlo por sentir que no es suficiente lo que escribo, que no es interesante o simplemente por dejarme estar. Después me agarra la locura y me doy cuenta que esas cosas que me gusta hacer las dejo de lado.
No sé, capaz tenga que ver con eso, con disfrutar las cosas y dejar de decir: "uy...hubiera hecho esto o aquello" o "tendría que haber ido a tal lado...y me quedé con las ganas".
Cuestión que empecé y me siento muy bien con eso. Arranqué hace dos semanas y a pesar de haber ofrecido resistencia y tardar meses en empezar, finalmente arranqué y eso ya es importante. Además, por más que no haya pasado mucho tiempo, creo que voy abriéndome a buen ritmo y estoy decidida a solucionar lo que sea que me pase. Sé que puedo llegar a escuchar cosas que no me esperaba, que me sorprendan o que no me gusten, pero creo que cualquier cosa es mejor que estar guardándose todo y explotar en el peor momento o vivir amargándose por cosas que tienen solución.
Es más difícil de lo que suena, ¿no?

Denisa.




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