Tomá Mate!



Hace tiempo que quiero poner en palabras o intentar describir de alguna forma, la bebida caliente que me acompaña todos (o casi todos) los días, sola o acompañada.
El mate. Es algo bien típico, que se disputa entre Argentina y Uruguay desde tiempos remotos su origen, pero que se desempeña de manera distinta en cada país.
Acá, en Argentina, es algo que se comparte, que se ve en plazas y parques, en toda mesa donde haya un estudiante, se comparte en familia, entre amigos o conocidos.
El mate es siempre esa excusa válida para sentarse a charlar.

Lo que se conoce como "MATE"

Mate, yerba y bombilla, tres elementos que se combinan con agua caliente y abren paso a un sabor exquisito y único. Y no, no se compara con el mate cocido, el té y por supuesto que está más allá del café.
Son más que la suma de las partes (como muchas otras cosas en la vida)
Aunque hay gente que le gusta el mate dulce (gente con problemas mentales o de adaptación social, seguramente) el verdadero mate, el original, es así nomás, amargo como lo trajeron al mundo. Asi se extrae todo el gusto de la yerba. El secreto está en saber cebar - dícese de volcar el agua caliente en el mate, de una manera particular - porque no es poner el agua así nomás. Tiene su técnica para que no se tape y no se lave tan fácil.

El arte de cebar mate

El agua tiene que estar caliente pero no demasiado, o sea no dejarla hervir.
Hay que poner cierta cantidad de yerba - 3/4 partes del mate - inclinada, como dejando un huequito libre, donde se va a remojar primero con un poco de agua de la que estamos calentando y se va a colocar la bombilla, tapandole el extremo superior, o sea la boquilla, al menos así lo preparo yo, así me enseñó mi hermano Emanuel, que es un gran tomador de mate.
Cada cual le va agregando sus excentricidades, por decirlo de alguna manera, que se evidencia por el tipo de yerba que se utiliza - hay cientos de variedades - además del mate en sí, que puede ser de madera, de metal, de plástico, aunque dicen que el verdadero es el de calabaza.
Hay quien le agrega cascarita de naranja o de limón o lo mezcla con hierbas de té, hay quien le pone una cucharada de miel o edulcorante al agua.


Tomar mate no es nada más chupar agua por una bombilla incrustada en un cuenco con yerba.
Uno de los misterios que aún me asombra y que la gente no lo cree hasta que no lo prueba es que si el mate está tapada, le dibujás con el dedo un circulito a la base y se destapa. Si eso no funciona, un golpe y repetir. En serio.
También hay algunos dichos, como por ejemplo que el último que toma mate - porque se terminó el agua- se casa. O que cuando se chorrea el mate, tu suegra está llorando, y también se dice que si te ceban un mate lavado o frío, es porque no te quieren (y no...un asco un mate así)
Una yapa: si te lo pasan y no sos el que está cebando, le tenés que dar un beso en la base que da suerte. No sé si es verdad, probablemente no, pero son rituales que se hacen "por si las moscas" y porque forman parte del folklore matero.
Ah! importante: cuando uno ya no quiere tomar más, se dice "gracias". Para no perder las buenas costumbres, no?
Acá te cebo uno, sobre todo para combatir este fresquete.


Denisa.

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