MARDEL (parte uno)

Mar Del Plata es una ciudad con una belleza exquisita, amplia, con el doble de capacidad en cuantoal espacio y cantidad de personas que "mi querida Bahia blancA".
Distintas playas, la costa, el torreón, las palmeras y la avenida PeraltaRamos me dan la sensación a lo Miami Beach de postal barata. Ese mar, tan extenso y profundo que me llena de paz.
Como cualquier otro espacio, tiene sus pro y sus contras.

LA PLAYA

todo lo llamado playa está dividida por unas rocas que en este momento no recuerdo como se llaman, pero sirven para las rompientes de las olas y además, les otorgan nombre a cada una de estas subdivisiones.

las carpitas esas de mierda que cada vez ocupan más espacio, las detesto a sobremanera. cada vez, privatizan más y es una porquería.

los filtros de cigarrillos en la arena.

los cestos desbordados de basura. entre botellas, bolsas plásticas, residuos de yerba, no hay tacho que aguante!

los vendedores ambulantes, tan característicos, cada uno es un personaje distinto y muy particular, entre bebida, comida, accesorios y vestimenta; broches, vinchas, chocolatada, gaseosa y agua, pastelitos, tortilla norteña ¿?, los tipicos churros, los helados, los carritos con ropa que van por la orilla, y el de los pirulines.

la gente. este es un caso aparte, que da para extenderlo demasiado, pero resumiendolo un poco es como la publicidad de la cerveza, la del año pasado.
[hace click si queres recordarla, o simplemente revivirla]

las infaltables sombrillas voladoras, que parecen de papel, porque a la minima brisa fuertecita, se doblan todas y "se hacen flor" o directamente salen disparadas sin rumbo asegurado. y siempre hay unas cuantas por la calle, cuando alguien no quiere más esa porquería.




LA CIUDAD

veredas extensas, desparejas, algunas empedradas como en la antigüedad marplatense, otras lisas, y otras más modernas aún. a la hora en que el común de la gente sale a pasear, sacan la basura y se vuelve una travesía un tanto particular caminar esquivando seres, bolsas y...desechos de animales.
todo depende del viento a la hora de los aromas marítimos. a veces ni se aguanta y no queda más remedio que cubrirse la nariz. y lo digo en serio.
construcciones a punto de ser finalizadas, otras que sufren el abandono, edificios antiguos, por no decir viejos, y otros estrenándose a si mismos entre la humedad y la arena.
algo que me sorprendió mucho fue encontrar la catedral enrejada, con flores del lado de las escalinatas, y una pancarta en la pared derecha con la inscripción "el amor no pasará jamás"; no sé si fue mi impresión o si realmente era el mensaje que buscaban transmitir, pero ese encierro por la supuesta protección y eso, me parecieron una tomada de pelo total.







LOS PASEOS

interminables, hasta lograr llevarme al punto del cansancio donde siento que muevo mis pies en conjunto con mis extremidades inferiores, tan sólo por la inercia. el cerebro en cualquier otro sitio, en muchas partes y a la vez en un sitio en común. la mirada profunda, que se detiene en cada punto donde logra fijarse, de la baldoza que piso, los colores chillones, el semáforo, las rayas de esa remera, y los pies de alguien que pasa a mi lado.
las calles, los recuerdos que quiero olvidar, que necesito sacar de mi cerebro, empecinado en llevarme hasta los recovecos más hondos de mi cabeza.







continuará..

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